Fuente: The AREOPA Group
Mucho hay escrito acerca de la Propiedad Intelectual. Sin embargo, hay un concepto más amplio, que incluye a la Propiedad Intelectual, y que es el de Capital Intelectual.
Hemos definido al Capital Intelectual en una publicación anterior como aquel material intelectual (conocimiento, información, propiedad intelectual, experiencia) que se puede utilizar para crear riqueza.
En la Figura 1, se muestra que si a los bits & bytes agregamos sintaxis, se vuelven datos; si agregamos semántica, se vuelve información; si agregamos contexto, se vuelve conocimiento; si agregamos uso, se vuelve “know-how”; si agregamos práctica, se vuelve experiencia; y si agregamos eficiencia, se vuelve pericia (“expertise”, en inglés). De esta transformación, la Información y el Conocimiento, son (o suelen ser) explícitos. Sin embargo, el “know-how”, la experiencia y el expertise, son implícitos o tácitos. Es decir, están en las personas que desempeñan las funciones (portadores clave del conocimiento), pero rara vez están documentados.
Figura 1
Eso hace que si una persona, portadora de alguno de estos componentes, deja la empresa, se pierde dicho componente. Y eso es un riesgo importante para la empresa, sobre todo, considerando que el 90% del valor de las empresas, es intangible o está generado por elementos intangibles (Fuente: Intellectual Capital Management – Bradley University SEI 330, basado en el ranking Fortune 100).
Por lo tanto, se vuelve crítico gestionar el Capital Intelectual. Es decir, que la mayor parte del mismo sea identificado, explicitado, documentado, almacenado y vuelto reusable, de manera que este activo de la empresa, siga siendo de la empresa.
En ese sentido, primero se debe armar un inventario del conocimiento intangible, considerando los procesos, los planos y documentaciones existentes, los sistemas, los clientes, las redes y contactos, los socios comerciales, las alianzas estratégicas, los procedimientos, las estrategias y la dirección, la información de servicios y productos, los standards de calidad de servicios y productos, la cultura.
Luego, en base al Modelo de las 4 hojas® de AREOPA* (Figura 2), se deben identificar, en cada categoría, los puntos relevantes; entre ellos:
Dentro del Capital Humano: Know-How, Educación, Conocimientos relacionados con el trabajo, Competencias relacionadas con el trabajo, Innovación, Habilidades proactivas y reactivas, Actitud frente al cambio, Habilidades sociales, Personalidad, etc.
Dentro del Capital Estructural: Patentes, Derechos de autor, Marcas comerciales, Filosofía administrativa, Cultura corporativa, Procesos y procedimientos, Sistemas de información, Relaciones financieras, etc.
Dentro del Capital de Clientes: Marcas, Reputación, Clientes, Lealtad del cliente, Canales de distribución, Contratos, Acuerdos de franquicia, etc.
Dentro del Capital de Alianzas Estratégicas: Proveedores y socios, etc.
Figura 2
Para continuar buscando los puntos en las intersecciones de las 4 categorías. Es decir, los temas que afectan a más de una categoría.
Una vez identificados los portadores del conocimiento intangible, debe explicitarse y documentarse dicho conocimiento.
Pero documentarlo no alcanza. Se lo debe poder almacenar y hacer reusable, de modo que sea útil, y accesible a todo el que lo necesite, dentro de la empresa.
Este proceso, que AREOPA lleva a cabo con una metodología de 10 pasos, es básico para poder pasar al siguiente nivel: asignarle un valor monetario a los intangibles, considerando también, los costos en los que se incurre para mantener ese Capital Intelectual.
Y eso será tema de otra publicación.
* AREOPA fue fundada en 1987 como una empresa de consultoría de gestión. AREOPA se ha ganado una sólida reputación a lo largo de los años en el desarrollo de métodos, modelos y herramientas en áreas como "Gestión del cambio", "Capital intelectual" y "Gestión del conocimiento y e-Learning" y la prestación de servicios de consultoría que utilizan estos métodos, modelos y herramientas.
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